martes, 10 de junio de 2008

Mujer soñada - Olga A. de Linares



Contempla los hielos. ¿Cuántas veces los ha recorrido? Ya pierde la cuenta.
Siempre buscándola, siempre sin éxito.
De pronto, los motores callan, el hidroavión pierde altura, cae. Hay gritos, plegarias, llantos... El hombre murmura
—¿Esto es todo, entonces? ¿Moriré sin hallarla?
Recuerda el implacable azul de sus ojos, la voz que en sueños lo llama, arrastrándolo una y otra vez hacia esas tierras feroces.
La nave se estrella.
Silencio.
Oscuridad.
Cuando Amundsen despierta, ella, la soñada, lo está abrazando:
—¡Por fin llegaste, amor! —susurra la Reina de las Nieves, y lo besa largamente.

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