viernes, 20 de junio de 2008

Navegaciones II - Olga A. de Linares


NAVEGACIONES II
Olga A. de Linares

El periplo onírico es azaroso.
En ocasiones se vuelve una y otra vez al mismo sitio, pero es difícil, por no decir imposible, regresar donde se desearía haber permanecido para siempre.
Estos recorridos imprevisibles suelen realizarse en horarios nocturnos; sin embargo, también pueden concretarse durante el día, por lo general luego de almorzar, habiéndose comprobado un marcado ascenso estadístico en los fines de semana.
A menudo, el viajero que retorna tarda en comprender dónde se encuentra.
Algunos estudiosos afirman que, durante la experiencia, se pierde momentáneamente la neuroprogramación que permite aceptar nuestra realidad. En su hipótesis, la así llamada no sería más que otra alternativa dentro del vagabundeo onírico.
Existe abundante literatura al respecto.

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