PENSAMIENTOS OCULTOS
Olga A. de Linares
Cuando un armario deja volar sus pensamientos la gente, en su mayoría, los confunde con polillas.
Por tal razón, el pobre no se atreve a abrir la boca, temeroso de que lo indigesten con naftalina.
Pero de noche, a salvo en la tranquila oscuridad, se anima (a veces) a emitir algún rezongo crujiente y destemplado.
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