PEQUEÑOS CAMBIOS
Luisa Axpe
Yo la conozco bien, dijo la abuela, a mí no me engañan. Ésta no es mi nieta. Mi nieta tiene la ceja izquierda un poco más levantada que la derecha. Nadie lo nota, pero yo sí. Y así pasa con todo. El otro día compré unos pimientos, y cuando llegaron a casa eran más verdes que antes. Yo misma, esta mañana, me noté una arruga en la frente que hasta hoy no tenía. Esto de la teletransportación es una calamidad. Y la abuela entrecerró los ojos, añorando esa vieja costumbre de andar por el asfalto y de viajar en avión.
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