martes, 10 de junio de 2008

Venganza - Sergio Gaut vel Hartman




Lo habían atado a la columna que el arquitecto construyó en medio de la sala, de puro empecinado. ¿De qué sirve ser un escritor de éxito y ganar tanto dinero? Observó de nuevo a los bandidos. El jefe, un gigante de cabellos largos y barba poblada, tan arrogante que parecía inmortal, advirtió que Brown lo miraba y le acercó la navaja a la garganta.
—¿Vas a decir de dónde sacaste las porquerías que escribiste sobre nosotros?
—¡Hijo de puta! —exclamó la mujer, desaforada.
—¡María, no te metas!
El escritor supo que no tenía salvación.

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