TERRORES
Jordi Cebrián
Desesperado, tras muchas noches de soñar con cuchillos y con garras y despertar gritando, fui a pedir ayuda profesional a un psiquiatra. Tras escuchar mis miedos me pidió que me estirara en el diván, que me relajara, cerrara los ojos y encontrara mi yo. En mi oscuridad, relajado ya, oí el sonido inconfundible del metal contra el metal, de la bestia afilando sus uñas en la roca, y antes de que pudiera abrir los ojos, una mano grande y que olía a formol me lo impidió. Aun no, me dijo, manténgalos cerrados, esto hará que sus terrores desaparezcan para siempre.
3 comentarios:
Excelente.
Y terrorífico!
Y la pesadilla se hizo realidad...
¡Muy bueno!
Patricia
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