miércoles, 31 de diciembre de 2008

Contracciones - Andrea Victoria Álvarez


CONTRACCIONES
Andrea Victoria Álvarez

La sala de parto estaba repleta de pacientes aquella madrugada. Todas, menos la extranjera, soportábamos el ramalazo de las contracciones en silencio. La susodicha, que estaba al frente de mi cama, emitía unos alaridos pavorosos, como si sus dolores fueran aún más punzantes que los nuestros.
Más tarde, el obstetra de guardia se acercó a la extranjera.
—¡A ver, déjame revisarte! —Al decir esto se colocó justo delante de las piernas abiertas de la mujer e hizo un gesto intuitivo de mirar, justo la parturienta pujó con todas sus fuerzas. El bebe venía en expulsión, pero antes, un chorro de líquido sanguinolento fue a dar justo en la humanidad del médico, le bañó la cara y parte de la bata. Pude observarlo escupir y limpiar sus labios, en el mismísimo instante que el deseo de pujar me anunciaba que mi bebe estaba coronando.

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