Pone las llaves a hervir. Piensa en comprar más candados. Toma el café de la palma de la mano. Encuentra que la ley de gravedad vale menos que el vuelto del kiosco. Se suena la nariz con la sombra de un pie. Admira esa cara que aparece en el televisor. No sabe cómo apagarse. Es de noche: si no sería otra historia.
Tomado de http://ximenez2.blogspot.com/
Ilustración: Salvador Dalí
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