DAR LA CAMPANADA
Jorge X. Antares
Se pusieron su traje de realidad virtual para recibir el Año Nuevo, una tradición añeja del exclusivo Club de la Buena Gente Piadosa con los Pobres de Espíritu y Demás Chusma. En todo el universo, a la hora acordada, millones de personas de esta selecta congregación celebrarían la Fiesta Definitiva. Dentro del universo virtual, viajarían a la Plaza del Principio del Tiempo, comerían pantagruélicos manjares ricamente sintetizados según el programa culinario del Chef de moda, después brindarían con licores espirituosos al sonar la última campanada y comenzaría el desenfreno total... Todo hubiera sido perfecto, a no ser por un detalle minúsculo: un programador resentido con el Club introdujo un pequeño cambio en la composición de la síntesis de la comida, convirtiéndola en un potente laxante vomitivo. Metidos en sus trajes, ajenos a tal circunstancia, millones de socios del Club esperaban la última campanada...
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