Gates tuvo una idea genial. Pero a veces funciona y otras no. Ahora, por ejemplo, el ordenador no se cierra. Aprieto de todo y sigue con la luz prendida. Ni el botón
suprimir obedece. Lo desenchufo y nada, luego pruebo con
autorecuperación. Sorpresivamente, aparezco reflejada en la pantalla. He entrado en el programa con otra apariencia, ridículamente semejante a Serafina la mujer de Popeye. No me gusta. Aprieto
eliminar. ¡Mi imagen está desapareciendo del ordenador! Ya no soy yo: me disuelvo, me destiño, ya no existo, ¡ESTOY DESVANECIÉNDOME! ¡Socorro! No tengo cuerpo ni original ni copia ni plantilla personal ni…oooooooooooo
Sobre la autora: Adriana Alarco de Zadra
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