CAZA
Matías Gastaldi
Pasa inadvertido en todo momento, eso sucede sólo en Nueva York. Uno de ellos camina por las calles sabiendo donde se dirige. Se lo escucha venir, por el sonido de su pata de palo. El otro, juega con el sintetizador buscando una melodía perfecta. Está cansado de que lo tilden de aburrido, de monótono, de hacer música puramente incidental. El Capitán Ahab lleva un arpón, con marcas de mil batallas. El músico no lo escucha venir, y ni siquiera puede defenderse. La sonrisa de Ahab se torna imborrable. Odiaba su música. Y también se llamaba Moby.
1 comentario:
Muy interesante. Bien escrito.
ana La Plata Argentina
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