CÉSAR
JF Macías Prada
Ella dijo: “No existiré más”. A continuación fue olvidada. Sin brutalidad. Ella no tuvo tiempo de acostumbrarse, casi se arrepintió de inmediato. Dijo: “Pero aún no he empezado”. Sin embargo, nadie le prestó atención. Estaba hecho. Ya no existía. Ella se asustó. No había pensado que sería tan veloz. No volvió a hablar, comprendió que no había por qué. No hubo violencia en sus actos siguientes, tan solo se derrumbó, allí mismo, en la mitad de la sala. Pocos minutos después comenzó a ser pisoteada por todos. Nadie la veía puesto que allí no estaba.
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