DRAGÓN RAPIDE 2
José Vicente Ortuño
Llamaron a la puerta del apartamento de Saint-Exupéry. Abrió, era el Principito, cabizbajo y triste.
—¿Qué te sucede, Principito? —preguntó el escritor.
—¿Recuerdas al hombre que viajaba contigo cuando nos encontramos en el desierto?
—Sí. ¿Qué fue de él?
—Me siguió hasta mi planeta.
—¡Estupendo! Así tendrás compañía.
—Al principio fue sí, luego se sentó en mi trono, se proclamó Generalísimo y comenzó a dar discursos y a ordenarme que construyese pantanos.
—¿Y qué pasó luego?
—Dijo que yo formaba parte del complot judeo-masónico —respondió y añadió sollozando—: He tenido que exiliarme.
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