miércoles, 18 de junio de 2008

El confiado - Damián Cés


EL CONFIADO
Damián Cés

El alcohol y el opio están terminando un trabajo que empezó hace años. No me siento bien en mis minutos finales, aunque no sé lo que es estar bien desde hace mucho tiempo. Y tengo merecido este sufrimiento. ¿A quién se le ocurre tomar de aliado a un sicario de Mefistófeles?
Siempre fui así: un estúpido confiado. Ni hablar si la traición provenía de un miembro del sexo débil ¡Débil! ¡Increíble! Sigo llamándolo así, a pesar de comprobar en carne propia lo falaz de este adjetivo.
Que sencillo fue vencerme. Insinuaciones y un desafió me llevaron a aspirar ese subyugante humo. Bien, aquí estoy; listo para presentar mis podridos pulmones como tarjeta de invitación al Averno.

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