FRUTO AMARGO
Olga A. de Linares
No contenta con habernos hecho expulsar del Paraíso, la pérfida manzana aguardó pacientemente la llegada del pensador, para atacarlo de improviso.
Lo demás es conocido: Newton descubrió la Ley de la Gravedad.
Desde entonces, perdimos también la capacidad de volar, abrumados por el peso de tan grave legalidad.
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