INFORME SOBRE INDIGNOS
Miguel Dorelo
Los reflectores, las risas sin sentido, la frivolidad que imperaba, fueron demasiado; su estómago no pudo soportarlo y vomitó sobre el piso del estudio.
A pesar de todo, tendría que sobreponerse y completar su misión.
Habían pasado muchos años y este era el momento: allí estaba el jefe del complot.
Fernando Vidal Olmos, sacó su revolver y apuntó al hombre que burdamente bailaba en la pista; supo que no saldría con vida de allí y volvió a preguntarse: ¿Cuándo empezó esto que va a terminar con mi asesinato?
Disparó y Serafín, el bailarín ciego de Showmatch, cayó ensangrentado.
— ¡Vamos a una pausa! —exclamó Tinelli —. Limpiamos esto y enseguida continuamos en ¡Bailando por un sueño!
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