ROPA SUCIA
Aymer Waldir Zuluaga Miranda
La abuela cogió el cesto de la ropa sucia y lo cargó hasta el lavadero. Una vez allí, sacó el jabón azul rey y empezó a lavar la ropa interior de su adorada nieta. Las diminutas tangas llenas de pavesa de chimenea no la llevaron a sospechar siquiera de aquella relación tormentosa de Caperuza con la Cenicienta, surgida por la sombría influencia desplegada desde Hollywood.
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