TRIPANOSOMA MORTAL
Damián Cés
Me sentía a gusto en ese abdomen de fríos líquidos, acunado y protegido.
Jamás le hice daño, ni siquiera se me cruzo por la cabeza hacerlo, pero aún así, como un desecho, me defecó.
Y ahora, en esta corriente que se parece al infierno, soy arrastrado a través de las arterias de mi nuevo huésped.
Quizá pague justo por pecador, pero no me volverá ocurrir, no me volverán a abandonar. Sí, sé que el resentimiento envenena, pero igual matare a este hombre.
1 comentario:
Uno hasta se apena del pobre y lo comprende...
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