miércoles, 18 de junio de 2008

Un minuto - Julia Costantino


UN MINUTO
Julia Costantino

La recepcionista movía sus manos, sus pies y su boca rápidamente y, aún así, no lograba nunca satisfacer los pedidos de su jefe. Una mañana se sintió distinta, en otro ritmo. Cuando los pedidos comenzaron a reiterarse a cada minuto supo qué era; tomó un bidón de agua y lo descargó contra su jefe hasta quedarse sin fuerzas, el hombre no pudo resistirse por lo sorpresivo del ataque y apenas gritó. Todavía estaba empapada de sangre cuando le abrió la puerta a un visitante que venia a una cita, con toda naturalidad marco el número de interno y con una sonrisa incrédula le dijo al que la miraba pasmado:
—Qué raro, no atiende el interno, pero está.

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