VENTANA
Héctor Ranea
Bee Aldrin habita una ventana, tomando fotos. El resto de la habitación, donde viven los otros astronautas, le es innecesario. Algunas de sus fotos las conserva su tío abuelo, Buzz Aldrin. Un micrometeorito, la mitad de un grano de sal, le perforó el cráneo, activando de modo desconocido su pineal. Si estaba dormido, no podía despertar. Si estaba despierto, no podía dormirse. La única manera que encontró para dormir fue fotografiar galaxias lejanas, cuya luz parece detenida en un punto del Cosmos. Sigue en la nave, suspendido en la incertidumbre entre el sueño y la muerte.
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