
CUENTOS MISÓGINOS CON MORALEJA
HOY: EL SOLDADITO DE PLOMO
Daniel Frini
Había una vez un soldadito de plomo sin una pierna, y una bella bailarinita de juguete. Entre ellos nació una profunda simpatía. Un día de tormenta él cayó por la ventana, unos niños lo pusieron en un botecito de estrasa que llegó al mar, se hundió; lo comió un pez al que pescaron y vendieron a la cocinera de la familia del niño dueño de los juguetes. Y todo para que cuando el soldadito se reencontró con la bailarina, esta le dijera:
—Milico de porquería. ¿Todo rotoso volvés? ¿Te creés que una va a estar esperado hasta que al señorito se le ocurra? Tomátelas, rengo gilún.
El soldadito, umbrío por la pena, se arrojó al fuego. Hoy es plomada para mojarritas.
Moraleja: Amiguitos, nunca confiéis en las damitas, por más cándidas que parezcan. Son malas, muy malas.
—Milico de porquería. ¿Todo rotoso volvés? ¿Te creés que una va a estar esperado hasta que al señorito se le ocurra? Tomátelas, rengo gilún.
El soldadito, umbrío por la pena, se arrojó al fuego. Hoy es plomada para mojarritas.
Moraleja: Amiguitos, nunca confiéis en las damitas, por más cándidas que parezcan. Son malas, muy malas.
2 comentarios:
Sublime!
me conmovió hasta las lágrimas!
: )
jejejeje mira que confiar en las minas!!!!
¿Convención de machistas, acaso? Vaya, vaya, vaya... ¡Voy a tener que rebuscar en mis malignas entrañas algún buen conjuro para ponerlos en vereda, caballeritos!
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