Acabo de morir y voy directo al infierno. Pero me sorprendo al encontrar que el lugar es limpio, organizado; se parece más a un hotel de lujo que a cualquier otra cosa. No hay llamas ni frío extremo; no se escuchan los aullidos de los condenados y si en alguna parte florece el sufrimiento, será algo apagado, gris, sin euforias.
—¿Me puede explicar que tiene esto de infernal? —le pregunto a un diablo que pasa.
—El jefe se modernizó —responde—. Psicología transpersonal, inversión de roles... ¿entiende?
—No.
—Ya sentirá en carne propia los efectos de algunos cambios. Maradona, por ejemplo, es director de orquesta; Bush neurocirujano y París Hilton está a cargo del Centro de Aceleración de Hadrones.
—Sigo sin entender. ¿Y los escritores?
—Los escritores limpian los retretes. Ahí tiene el tacho de agua jabonosa.
Foto: Vista de Valencia (J.V.Ortuño)
—¿Me puede explicar que tiene esto de infernal? —le pregunto a un diablo que pasa.
—El jefe se modernizó —responde—. Psicología transpersonal, inversión de roles... ¿entiende?
—No.
—Ya sentirá en carne propia los efectos de algunos cambios. Maradona, por ejemplo, es director de orquesta; Bush neurocirujano y París Hilton está a cargo del Centro de Aceleración de Hadrones.
—Sigo sin entender. ¿Y los escritores?
—Los escritores limpian los retretes. Ahí tiene el tacho de agua jabonosa.
Foto: Vista de Valencia (J.V.Ortuño)
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