CUENTOS PENDIENTES 3
Eduardo Gotthelf
Tzipora, excelente cocinera, sabía hacer una masa más liviana que el aire. La cortaba en tiras muy delgadas, que se elevaban en el calor del desierto. Cerca del sol se cocinaban; y al atardecer descendían, crocantes y listas para comer. Así alimentó a Moisés y los suyos durante cuarenta años.
Los incrédulos lo atribuyeron a un milagro.
De Cuentos Pendientes, 2007. Publicado en Letras de Chile
http://www.letrasdechile.cl/
Los incrédulos lo atribuyeron a un milagro.
De Cuentos Pendientes, 2007. Publicado en Letras de Chile
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4 comentarios:
qué hermoso! una cocinera inspirada por Dios...
No estoy de acuerdo con Claudia. Ella era una cocinera que fue confundida con dios por los hombres; otra vez la mente estrecha de los hombres atribuyendo milagros a lo que puede atribuirse a una buena cocinera...
Me gustó muchísimo este cuento...
Hermoso dicen las palabras, cuando sencillamente, lo hacen con nitidez.
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