EL RETIRO DEL MAESTRO 2
José Vicente Ortuño
Maese Rasputila se aburría caminando bajo el sol por un camino polvoriento, por eso recitaba mentalmente los versos que le venían a la mente:
“Cuentan de un sabio, que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.”
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.”
Hizo un alto, se quitó el sombrero y se secó el sudor de la frente con un pañuelo ajado, mientras seguía recordando los versos de Calderón de la Barca:
”¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.”
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.”
El maestro se volvió. Tras él no caminaba nadie. A su alrededor los únicos signos de vida eran los cuervos que revoloteaban graznando. ¿Será cierto que no hay nadie más pobre y triste que yo? Se preguntó.
4 comentarios:
Al Maestro Rasputila
del camino polvoriento,
le repondo que lo siento...
pero está equivocado:
si fija bien su pupila
(y si no está muy cansado),
verá que el grupo lo sigue,
esperando que prodigue
de su sapiencia, las migas.
Sólo una cosa le observo:
por ningún motivo crea,
(aunque sólo vea cuervos...)
que nuestra fe se resigna.
Escriba usted la consigna...
¡Presentaremos pelea!
AH, bueno, esto ahora viene con respuesta y todo! Si ya parece una payada... Bravo, para el Maestro y para la díscola alumnita que ahora hace buena letra...
Shhhh... Olga, que esto es parte del plan para "regresar". (No se lo cuentes a nadie, queda entre nosotras).
Lo que no sabéis es lo que está pasando en la Escuela Harmanovuch mientras el maestro está de año sabático. Esa es otra historia, jejejeje.
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