PERSECUCIÓN
María Castejón
Cuando llevaba dos manzanas siguiéndote, te giraste nerviosa. Por temor a ser descubierto, entré en la primera tienda cercana. Era una librería, me acerqué a la sección de las novedades y al coger un título al azar, allí, en la contraportada estaba tu foto: Elena Arias. Leí la sinopsis en busca de un guiño, de algo que nos relacionara y estaba todo escrito: “una mañana Alicia Sandoval no llegó al trabajo, un hombre la había estado siguiendo”. No supe si continuar siguiéndote o leer aquella historia, la nuestra.
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