Cena de camaradería de la promoción 92 organizada por el señor Anselmo Leto. A la hora y media, los huéspedes empiezan a sentir molestias en las piernas. No mucho después, agonizan.
Comprenden que Leto es un demente. Alguien alcanza a preguntarle por qué lo hizo.
–Por miedo –explica–. Siempre pensé que uno de nosotros iba a ser el primero en morir: la idea me resultaba atroz. Asesinar a uno hubiera sido lo más lógico, pero dado que todos me parecían igualmente odiosos, ¿por qué castigar más a éste o aquél? Por lo menos ahora sé que mi destino no era morir primero.
2 comentarios:
terrible...
muy buen cuento...
Ya no voy más a una cena de mi promoción, por si acaso.
Excelente, Cristian.
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