jueves, 17 de febrero de 2011

Silencio - Luisa Hurtado González


¿La respuesta de mi marido? Ninguna.
Durante semanas le pedí que hablásemos, que me dijese qué problema había, que no olvidase que le quería; pero su silencio acabó por crisparme los nervios. Admito que comencé a elevar el tono de voz, a gritarle incluso, mientras impotente veía como él seguía sin abrir la boca.
Hoy al fin despegó los labios, salió de ellos como un gemido y esperé hasta que vi la sangre extendiéndose por su camisa. ¿Cómo podía yo imaginar que un día se me escaparía un disparo? Idiota, si hubiese hablado..., toda la culpa es suya.



Tomado del blog Microrrelatos al por mayor

2 comentarios:

El Titán dijo...

Muy bueno...
El lenguaje de la sangre es terrible...

Javier López dijo...

¡Qué bueno!