sábado, 19 de febrero de 2011

Recurso extremo – Sergio Gaut vel Hartman


—El trabajo está tan flojo que no sabía qué hacer. Por eso recurro a usted.
—Pues ha dado con la persona indicada, mi amigo. Explíqueme con exactitud qué necesita.
—Desde hace tres meses el trabajo viene en picada; ya cayó un setenta por ciento. Los nuevos prebióticos, medicina cuántica, terapias basadas en sustancias extraterrestres… ¿se da cuenta? Ya no se muere nadie.
—Perfectamente. Y como me hago cargo de su angustia le haré un precio especial, un paquete.
—¿Cuánto?
—Cinco mil por cada diez.
El enterrador sacó cuentas y llegó a la conclusión de que lo que le ofrecía el sicario era razonable. Extendió la mano y dijo: —Trato hecho. Empecemos con dos paquetes de diez.

2 comentarios:

Florieclipse dijo...

Este cuento me dejó con sentimientos encontrados, aunque eso no le quita lo bien escrito.

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

¿Dónde se encontraron sus sentimientos, Carrillo? ¿En un bar de Acapulco, tomando ajenjo? ¿En una residencia en Ginebra, leyendo a Nabokov? ¿O en una funeraria suburbana de una gran metrópoli, donde van a parar los cadáveres de los asesinados por los sicarios de los dueños de las cocherías y cementerios privados?