—Me discriminan —dijo Ana.
—¿Te discriminan otras mujeres o los hombres?
—Todos; piensan que si me invitan a cenar tienen derecho a disfrutar de mi cuerpo, que es muy bonito por cierto; muchos me dejaron porque después de una semana no acepte ir a la cama.
—¿Y por qué no aceptás y listo?
—Es por culpa del insoportable de Enrique. Cada vez que piensa que estoy con otro, me manda decapitar y termino vagando como una tarada en pena por la casa con la cabeza en la mano. Un verdadero espanto, te juro.
1 comentario:
muy bueno, pero...es posible el amor entre fantasmas?
me encantó la idea...
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