Ilán Loew conoce de memoria la cábala y el gueto de Praga, en el que vive desde siempre. Sabe el alfabeto de sus ancestros: que la verdad hebrea, EMET, da vida al gólem que volverá a ser arcilla al borrar la E y dejarlo todo en MET, la muerte. Encerrado, forma el pequeño figurín que se convertirá un gigante a sus órdenes. Sigue el rito: le escribe en el paladar la E, una M, otra E. Un golpe tumba la puerta cuando traza la primera línea de la T: el bip entrecortado de una legión de robots que lo toman por la fuerza y entran por su boca hasta el paladar y lo rascan hasta borrarle a Ilán por completo la E, con la que se va su último suspiro de vida para siempre.
Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/
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