—¡¡TE DIGO QUE TE TOCA A TI!! —exclamó la figura de la túnica negra.
—¡¡ÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ!! —replicó el pequeño encapuchado.
—¡¡ESTE NO ES HUMANO Y NO ME LO LLEVO!! —dijo la Muerte de Mundodisco—. ¡¡ES TUYO!!
—¡¡ÍÍÍÍÍÍ-ÍÍÍÍÍÍ!! —respondió la Muerte de las Ratas.
—¿CÓMO QUE “Y UN CARAJO”? —exclamó la Muerte—. ¿CON QUIÉN TE CREES QUE ESTÁS HABLANDO, PEQUEÑO…?
—¡Caballeros… o lo que sean, no discutan por mi! Lo mejor será que, mientras se ponen de acuerdo, regrese a mi casa —dijo George W. Bush.
Las dos figuras encapuchadas enarbolaron sus guadañas a la vez.
4 comentarios:
¡Mejor, imposible!
Una gran verdad, dicha en pocas palabras.
Muy buen toque de humor negro
¡Bravo, bravo, bravo, bravísimo, bravo! Entusiasmada por la calidad literaria... y por las guadañas, aplaudo esta "Discusión".
Susan, más práctica, lo atizó a Bush con un hierro de la chimenea hasta dejarlo hecho papilla.
Luego dividió la masa informe en dos mitades iguales.
-Esta es tuya, abuelo, y esta es tuya, rata. Ahora, no me jodan que tengo unos niños que cuidar.
- Al menos podrías haberle dejado sanos los globos oculares- se quejó Dijo, el cuervo.
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