ENVIDIA
Lucía Coria
—Estoy segura de que me miró con admiración —dijo ella.
—Francamente, querida, me importa un bledo.
Pese a la arrogancia de su respuesta, el capitán Butler miró con envidia a Néstor, el príncipe consorte. Se reconoció incapaz de conseguir un reino para su amada. Tampoco podría alquilarle tantos admiradores.
En ese momento, atronadores aplausos recibieron la llegada triunfal de Cristina I.
—Mis vestidos son harapos al lado de los de ella —insistió Scarlett.
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