Perón y Gardel toman café en El Molino. De pronto, la atmósfera se galvaniza. Un chico pasa entre las mesas pidiendo monedas a cambio de cartulinas que representan a jugadores de fútbol.
—Tiene pasta de mito —dice Perón.
—¿Cómo se dio cuenta? —pregunta Gardel.
—El zorro sabe por viejo.
Entra Juan Salvo y se sienta entre los dos.
—¿De qué hablan, se puede saber?
—De Maradona —dice Gardel señalándolo.
—Qué cosa, ver crecer un mito desde el pie, ¿no? —dice Perón.
Salvo lo mira, resentido.
—Usted es un hombre inteligente. ¿Cómo puede creer esa barbaridad?
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