GERIÁTRICO
Guillermo Marín
Los fines de semana voy a un geriátrico. A los viejos les gusta que les lea los cuentos de Salgari. Siempre me esperan con la paciencia de un dromedario. Muchas veces siento que me aman; otras, que me odian. Yo no les guardo rencor; todos esos sentimientos no están en mí. Ellos dicen que soy como la muerte, la muerte que se les sienta al borde de la cama y los interroga; siempre las mismas preguntas. “¿Cuál es tu nombre? ¿Ha llegado una barcaza que espera por ti?”.
Foto: Vista de Valencia (J.V.Ortuño)
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