HUELLAS
Marcial Fernández
Dimos con el autor del monumental crimen, dijo el detective. Y su obra, su gran creación, no quedará impune. ¿De quién se trata?, preguntó entonces un periodista. De Dios. ¿De Dios? ¿Y cómo lo sabe? Dejó sus huellas digitales por doquier. ¿En dónde? En esos equinos llamados cebras.
Foto: Vista de Valencia (J.V.Ortuño)
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