Nos habíamos conocido en unas cortas vacaciones. Era muy hermosa. Y católica, practicante. Un poco beata, para mi parecer de hombre no creyente.
Cuando nos despedimos me pidió “recuérdame en tus oraciones”.
Y así lo hice. Desde ese momento la convertí en sujeto, objeto directo y complemento circunstancial de mis poemas eróticos.
Sobre el autor: Javier López
Imagen: Populus Flucta, de Vanlubeck en deviantArt
8 comentarios:
Como siempre, Javi, sacándole hasta la última gota de jugo a cada palabra. ¡Magnífico!
Totalmente...
Pero creo que estoy ofendido: usted a mancillado mi fe, la fe en los poemas eróticos...
Como siempre, brillante...
Sergio, el truco con las palabras es no apurarlas hasta el final. Si les saca uno todo el jugo, se secan y caen al suelo como hojas marchitas. Por eso siempre hay que dejar una pequeña reserva para que se regeneren. ¡Aunque tardan tiempo!
Titán, no pierda la fe. El erotismo de un hermoso cometa blanco nunca dejará de existir.
¡Gracias a los dos!
¡Buenísimo, Javier! Pero bien que se las busca complicadas a sus Musas inspiradoras. En cuanto a la cometa, en qué poema erótico habrá estado pensando...
Excelente Javier! Y los poemas eróticos... a Poemia!
Saludos!
Gracias Claudia, Ogui.
¿Musas? Ayer leí en twitter algo que me gustó. Decía que el poeta busca la compañía de sus musas; el novelista, de sus demonios. ¿Será así? Como escribimos cosas pequeñas, quizá nuestros demonios sean también pequeñitos... Eso espero.
Un abrazo.
¿Musas demoníacas? ¿Las musas de Mónica? ¿Musas monacales? ¿Demoniacales? ¿Musas cloacales?
¿Musas clonadas? Creo que tienen tema para entretenerse y escribir unos cortitos. ¿Algún QI con musas demoníacas para compartir?
Tomo ese testigo, Sergio. Me pongo en cuanto tenga 5 minutos!
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