jueves, 17 de febrero de 2011

Reflejo - Jorge Sánchez Quintero


Se cuenta que a la medianoche del invierno, cuando las noches son más largas que los días, si alguien se para frente a un espejo es posible que vea, no su rostro reflejado, sino el verdadero aspecto de su alma.
No es extraño encontrar que en esta temporada, en muchas casas los espejos se mantengan cubiertos.

5 comentarios:

El Titán dijo...

Y si: terrible visión la de algunas almas...

Javier López dijo...

Y este cuento será reflejo de la tuya. Bonita, tu alma.
Un saludo.

bicefalepena dijo...

Hay muchas que seguro que se olvidan pasarse por los espejos de sus dueños. Son tan distraídas que no saben ni a quién pertenecen.

Un abrazo

Ogui dijo...

Gracias por tan bien escrito aviso, amigo Sánchez. ¿Será por eso que ni intento mirarme y sólo de soslayo?

María dijo...

qué peculiar puede ser tu proyección interna hacia el mundo... no es malo sentirse grande aunque al pasar a la realidad te quedes en mediano... las almas deberían airearse de vez en cuando...

me ha encantado