Bajando por el vacío sucumbí a la tentación de la quimera. Y soñé.
Soñé que estaba entero, en la cama, y tu culo se pegaba a mi cadera, y yo estaba boca arriba con las manos bajo la cabeza Y fantaseaba despierto que teníamos un camino áspero, empinado y lo íbamos a seguir juntos, y tu culo transpiraba y mi cadera gemía, y yo bajaba los brazos y me acariciaba esperando el momento para despertarte, y te despertaba, y te dabas vuelta y me ofrecías la boca amarrándola a la mía.
Entonces, bajando por el vacío, sucumbí.
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