Malvada se mira al espejo y pregunta lo que todos conocemos. No hay reflejo ni respuesta. Enfurecida, la mujerona lo lanza por los aires y éste no se rompe. Luego, lo echa al fuego. Nada. Le pide al cazador que le dé un hachazo. Imposible. Malvada llama a un experto en espejos. El hombrecillo constata: Esto no es un espejo. ¡¿Y qué demonios es?! , aúlla enloquecida. Es usted, señora, usted misma convertida en piedra. Riéndose, Malvada espeta: ¡Entonces, yo soy Blancanieves! Lamentablemente no, responde él, usted es sólo un recuerdo, una ficción desvanecida; para ser más claro, un expejo.
Lilian Elphick
Imagen: "Salomé", de Gustave Moreau
1 comentario:
Me encantan los micros que reinventan los cuentos de hadas. Gracias.
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