Adelante estaba Alejandro, hijo de Filipo de Macedonia, y sus hetairoi. Aquí estábamos nosotros, el Batallón Sagrado: ciento cincuenta parejas de amantes, todos hombres, dispuestos a dar la vida, sin contemplaciones, por nuestro compañero amado y por nuestra querida polis de Tebas. El río Kephissós corría, tranquilo, a nuestra derecha con sus aguas buscando el lago. Ese día lo teñimos de rojo. Fuimos trescientos de a pie contra mil ochocientos jinetes. Tres oleadas de caballería mandó Alejandro. Las dos primeras inutilizaron nuestros escudos y la tercera tuvo que matarnos para superarnos.
Mi amante y yo, fantasmas, continuamos buscándonos entre el río y las colinas. El Kephissós sigue su marcha. Nunca nos iremos con él.
Sobre el autor: Daniel Frini
Sobre el autor: Daniel Frini
2 comentarios:
muy bueno, Daniel...
Moni, Leo, Rocío, gracias por vuestros conceptos elogiosos. También agradezco, y retribuyo, el cariño.
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