Vincent van Gogh se cortó la oreja y se la mandó a Marilyn Monroe. Paul Gauguin estaba horrorizado. "Eso fue de muy mal gusto, Vincent," dijo Gauguin. "Dentro de unos años, luego de que estés bien muerto, serás recordado más por haberte cortado tu oreja que por la belleza y la verdad de tu arte."
Desde atrás de sus vendas Vincent van Gogh miró a Paul Gauguin y sonrió. "No te preocupes," dijo. "El Arte se cuida a sí mismo. Y lo que el mundo piense cuando yo esté bien muerto me tiene sin cuidado. Lo que importa es la vida. Lo que importa es el amor. Yeah."
Al día siguiente, Paul Gauguin se cortó su esposa y se mandó a Tahiti.
"Pobre Gauguin," suspiró Vincent van Gogh. "Entendió sólo la mitad de lo que dije."
3 comentarios:
Cortarse una oreja, cortarse una esposa, tenemos partes descartables sin las cuales podemos vivir y sin embargo, las ajenidades suelen ser las que nos completan.
Ajenidades - Nanim Rekacz
Cortarse una oreja, cortarse una esposa, tenemos partes descartables sin las cuales podemos vivir y sin embargo, las ajenidades suelen ser las que nos completan.
Esa ráfaga me dejó girando como un trompo. ¿La puedo publicar en el blog?
Parpadeé sin querer.
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