INVASIONES EXTRAÑAS
Diego Muñoz Valenzuela
Vinieron de múltiples colores y tamaños, silenciosos y de grandes ojos impasibles, en grupos cada vez más nutridos. Se contorsionaban y agitaban sus aletas para desplazarse por el aire, como si fuesen pájaros y no peces. En tanto los gigantescos cardúmenes se precipitaban por parques y bosques, las personas arrancaban de aquel hecho incomprensible. Pronto ocuparon todo el espacio disponible con sus cuerpos escamosos y la gente comenzó a morir de asfixia.
Tomado de http://www.diegomunozvalenzuela.blogspot.com/
1 comentario:
Aterrador.
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