jueves, 21 de mayo de 2009

Triple fusilamiento - Sergio Gaut vel Hartman


Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu. Pero le bastó con mirar a su alrededor para determinar qué era realidad y qué ficción: el dinosaurio todavía estaba allí, probándose los zapatitos de bebé con poco uso que le había comprado a Hemingway. Y, por supuesto, no le calzaban.

4 comentarios:

Mariángeles dijo...

Guaaauuu...fusilar a Chuang Tzu, al dinosaurio y a los zapatos de bebé sin usar en el mismo "pelotón"...¡Qué agallas! Me ha gustado mucho este mini metaficcional. Nos leemos, M.

Esteban Dublín dijo...

Genio, Vel Hartman.

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

Gracias, gracias. Sólo por modestia no diré que este cuento está destinado a ser ovacionado por los más exigentes lectores microficcioneros y antologado por las mayores autoridades en la materia, incluyendo a Zavala, Rojo, Langesman y los fantasmas de Chuang Tzu, Monterroso y Hemingway... ¡Eh, que no es para tanto! ¡No me fusilen a tomatazos! ¡Era un chiste!

Ogui dijo...

Es una perfección rayana en los dibujos de la mariposa de Chuang Tzu! Chapeau!