domingo, 17 de mayo de 2009

Homeronauta - Carlos Feinstein


Se me apareció de repente, pero no de sorpresa. Pude ver como se materializaba lentamente sobre la silla del comedor. Tenía una remera que alguna vez fue blanca con agujeros y unos extraños y desagradables pantalones azules. Era calvo, feo y su piel se veía amarilla. Pero lo que captó mi atención fueron sus extrañas manos de cuatro dedos. Cargaba con ellos un artefacto que parecía una tostadora destartalada.
Me imaginé que pronto sería testigo del relato de las proezas y desdichas que acompañarían a la humanidad en su futuro. El viajero del tiempo debía conocer todas las respuestas.
–¿Tienes cerveza? –me preguntó mientras acompañaba su requisitoria con un vulgar y largo eructo.
–No, yo no bebo.
Enojado golpeó la tostadora contra la mesa y desapareció en un lluvia de chispas. Jamás volví a saber de él.

Sobre el autor: Carlos Feinstein

7 comentarios:

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

A estas alturas no hace falta (¿o sí?) que diga lo mucho que me gustan las metaficciones. Y esta me gustó particularmente. Con economía de detalles se utiliza lo que casi todos sabemos para aprovecharlo en función de "otra cosa". Muy buen trabajo, Carlos.

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Sí, sí, muy buen cuento. Pero me temo que en manos de Homero la máquina del tiempo va a durar poco.

Auxilio....

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

Tiene su gracia. En la películas y novelas sobre viajes en el tiempo, uno suele temer por la suerte del viajero. Tratándose de la máquina del tiempo de Homero Simpson uno se preocupa por la máquina...

Ogui dijo...

Imperdonable no tener cerveza! Aunque sea por los amigos... o los viajeros sedientos. Esto Groenig lo convierte en guita...!!!

Carlos Feinstein dijo...

Yo tengo cerveza...
pero no iba a dejar que me la tomara un desconcocido.
Gracias por los elegios hacen que me sonroje cual colegiala !!

Carlos

Florieclipse dijo...

Leo este cuento a la 1.28 a.m, medio muerta de sueño y cansancio y no puedo más que relajar los homóplatos, estirar mi maltrecha columna y agradecer a los dioses del ciberespacio por esta hermosa tribu de locos que publican historias como esta. Hasta se me antojó una cerveza.

El Titán dijo...

Excelente, muy original...
Homero, desde ese capitulo, todavia no encontró su universo...