MALDITO ECO
Eugeni Guillem
Pilas y pilas de apuntes me rodean; unas forman murallas y otras, esparcidas aquí y allá, se erigen como altos minaretes de marfil. El problema: no encuentro el puente levadizo; estoy atrapado y, aunque las paredes sean de papel, parece que no hay salida.
Cojo una hoja de una de las pilas y empiezo a leerla:
Sea x una variable…
Suelto la hoja. No recuerdo este temario; ni siquiera la asignatura a la que pertenece. Escojo otra pila y tiro de una hoja que sobresale.
Burali-Forti se propone demostrar…
Oigo algo. ¿Es el mar? No estoy seguro.
Acerco el oído al muro de papel, y escucho.
Ahora se oye mejor. Es una voz.
Pilas y pilas de apuntes me rodean…
Ese pasaje me suena. Me parece que… sí. No, no era esta hoja. Esto es… No. Un momento. Ahora. Creo que estaba en esa pila…
Foto: Vista de Valencia (J.V.Ortuño)
Eugeni Guillem
Pilas y pilas de apuntes me rodean; unas forman murallas y otras, esparcidas aquí y allá, se erigen como altos minaretes de marfil. El problema: no encuentro el puente levadizo; estoy atrapado y, aunque las paredes sean de papel, parece que no hay salida.
Cojo una hoja de una de las pilas y empiezo a leerla:
Sea x una variable…
Suelto la hoja. No recuerdo este temario; ni siquiera la asignatura a la que pertenece. Escojo otra pila y tiro de una hoja que sobresale.
Burali-Forti se propone demostrar…
Oigo algo. ¿Es el mar? No estoy seguro.
Acerco el oído al muro de papel, y escucho.
Ahora se oye mejor. Es una voz.
Pilas y pilas de apuntes me rodean…
Ese pasaje me suena. Me parece que… sí. No, no era esta hoja. Esto es… No. Un momento. Ahora. Creo que estaba en esa pila…
Foto: Vista de Valencia (J.V.Ortuño)
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