Es sabido que los pacientes internados durante cierto tiempo experimentan un síndrome que, a veces, se llama hospitalismo y produce depresión y melancolía. Modestamente, imagino que se podría paliar llevándoles ramos de malvones o crisantemos, olor a pis del gato familiar, pasto mojado por la lluvia, ruidos del tránsito de la calle en que viven, olor a guiso de mondongo o a ternerita con arroz, conversaciones de los vecinos y el tacto de las sábanas de sus propias camas. Claro que no siempre es posible introducir subrepticiamente todo eso dentro del bolso que intentamos pasar por la guardia.
JUEGOS FLORALES 2024
Hace 2 meses
4 comentarios:
Pero hay que intentarlo, ¿por qué no? Es cuestión de inventar los envases adecuados...
Cierto. La pis del gato, por ejemplo, creo que sería fácil de contrabandear.
un gran relato...
es en los encierros donde se extrañan los fenómenos más dispares
saludos
¡Què bueno, qué chico, qué lindo! Bueno, ¡hola!, soy jose, desde Cádiz, mirando y disfruntando por acá
Saludos desde la nave
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