Los infantes que nacen con el Síndrome Solaris tienen una sensibilidad muy particular al comer. No pueden deglutir cosas que hablan porque recientes análisis muestran que ellos, al oír las voces y gritos, se sugestionan y adquieren imágenes extrañas en sus mentes. Es inútil inducirlos a comer lo normal que comen nuestros hijos. A ellos las cosas que hablan les dan fea sensación, vómitos y malestar permanente. Se aconseja cocinar antes a los seres que hablan. Un leve hervor bastará y las proteínas conservan gran parte de su poder nutritivo. Tal vez se requiera una dieta de mayor ingesta para compensar la leve pérdida proteica.
Nota: no es necesario afeitar a los humanos.
5 comentarios:
Faltó aclarar que si el ser parlante pertenece al género femenino, el hervor deberá prolongarse unos minutos más, por si las dudas.
Buenísimo.
No, estimada Florieclipse. Son tiernas las representantes del género femenino... Tan tiernas como los otros, se entiende...
Con ánimo constructivo debo decirte, Fabián, que la "Nota" desmerece el texto. Sería mejor sacarla. Ya se había entendido de qué hablabas. También retiraría la palabra "normal".
En general, sin embargo, me gustó mucho el texto. Tiene el balance indicado entre misterio (¿por qué "Síndrome Solaris"?), horror, naturalidad y humor.
Mi frase preferida: "A ellos las cosas que hablan les dan fea sensación, vómitos y malestar permanente."
Quise decir Héctor, claro está; lo habré confundido con un texto anterior. ;)
Gracias por los comentarios! Voy a tratar en otro momento de sintetizar una respuesta a las preguntas y sugerencias. Pero gracias!
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