CALLEJÓN SIN SALIDA
Luis Solepow
Es horrible, pensé. Estas personas quieren que les haga un regalo. Han estado esperando una vasija artesanal que contenga soluciones, como si yo fuera el verdadero Fernwright de la novela de Dick; el universo nunca les ha dado nada, jamás, y lo han aceptado con resignación. Pero si yo les diera lo que desean terminarían por verme como una deidad sobrenatural. No puedo aceptarlo; sería desastroso. Sin embargo, debo hacer algo por ellos, y por mí. Hay un elemento especular en este mundo y es imposible desconocerlo. Escribir una pequeña historia que me tenga de protagonista es un avance.
—Vas bien encaminado, muchacho —dijo Philip, y para salir de mi trama se metió en una de las cajas vacías que se amontonaban en su oficina.
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