CASCABEL
Libia Brenda Castro
"A mí que me registren" dijo la doncella, con las manos extendidas, cuando el bufón inquirió por su gorro de cascabeles. Al caballero le dieron ganas de registrarla, pero una mirada enfática del primer ministro lo hizo desistir. Los saltimbanquis tiraban discretamente pelotas coloridas y la Reina bostezaba con disimulo detrás de su abanico (esos chismes de cortesanos le aburrían). "Pues alguien lo tiene y debería devolverlo", dijo el bufón, se cruzó de brazos y puso cara de enfado. El hechicero propuso un interrogatorio, pero nadie le hizo caso.
Más tarde, el bufón salió enfurruñado del salón, en busca de la costurera. Al mismo tiempo el monarca se levantaba, extendiendo con gracia su manto, y se encaminaba rumbo a sus aposentos, rodeado de un tintineo cristalino.
1 comentario:
Sigue así y llegarás muy, muy alto. felicidades.
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