martes, 29 de julio de 2008

Dilatando problemas - María Brachetta


DILATANDO PROBLEMAS
María Brachetta

Santiago en el comedor de su casa, esperando a los invitados de la cena, con un traje prestado.
Sonó el teléfono, era ella:
—Santi, ya no puedo levantarme de la cama. No puedo más —le dijo con voz palpitante.
Impuntuales e inesperados, llegaron los problemas y se sentaron a la mesa.
Santi había practicado mucho su papel de vendedor, les ofrecía cambiar las sogas con las cuales ellos se mentían atados a sus cuerpos por sogas mucho más modernas, cómodas y unos cuantos kilómetros más largas.
La cena se dio por terminada.
Ella se despertó y su bostezo fue perdurable, al estirar las manos creyó que tocaba el cielo, y su sonrisa fue tan suelta que sentía que los labios se salían de su cara.

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